ClixSense

lunes, agosto 07, 2006

Sei Shonagon made in Jessica Freudenthal





- La Mariposa Mundial presenta su décimo quinto (15) número el miércoles 9 de agosto, a horas 19:00, en The Lounge Bistro en la ciudad de La Paz. A propósito de la separata “El libro de la Almohada” de Sei Shonagon que viene de regalo en la revista literaria más cool de Bolivia, el ciudadano K. entrevistó a Jessica Freudenthal Ovando quien realizó la presentación y traducción de dicha obra japonesa. El blog K. ofrece un fragmento de dicho vislumbre poético


1. ¿Cómo realizaste la traducción de una autora difícil y que muchos leen en la actualidad?

Conocí la obra de Sei Shonagon a través de una película de Peter Greenaway (The PillowBook, 1996). La belleza de la obra cinematográfica y la curiosidad me llevaron hasta ella. A fines de 1997, después de ver la película, pude acceder a la traducción de Ivan Morris de El libro de la Almohada (1991), quedé fascinada y cautivada con la obra de Shonagon, por la delicadeza de sus notas, la fragilidad y la fuerza de las mismas, su universo, su mundo y sobre todo por sus preocupaciones a cerca del acto escritural y de los soportes mismos de ésta (el papel, la tinta, los pinceles…). Yo no hablo japonés, desearía hacerlo, así que el intento de traducir, como tú dices, a una autora difícil y además bastante leída en la actualidad, era muy pretensioso, complejo, era un desafío, pero a la vez algo placentero, enriquecedor y necesario. En ese momento no encontré traducciones de El libro de la Almohada (posteriormente, por el año 2001, supe que Borges hizo una traducción de la obra para Alianza Editorial, lastimosamente no he podido llegar a ella, ni ella llegar hasta mi), así que la importancia y la urgencia de comprender y aprehender ese texto en mi lengua materna se hacían más grandes; luego vino la intención de compartir este texto con otros lectores.

La obra en sí es compleja, por su naturaleza y su estructura, un texto en prosa pero lleno de intensas imágenes poéticas. Por otro lado, ante la conciencia de una previa traducción realizada por Borges, no podía más que atenerme a las consecuencias, y realizar con humildad y rigor el trabajo de traducir. Soy de igual manera conciente de que hay un inabarcable abismo en la labor de traducción que he realizado, la traducción de una traducción, ya que no puedo acceder al texto en su idioma original, por ello la traducción tomó (y toma) muchísimo tiempo; siempre había cosas que revisar, palabras que atender, frases que dilucidar, textos que desentrañar, ecuaciones que despejar… Pero decidí aventurarme, ya que el texto no dejaba de cautivarme y llamarme.

Fue así, el texto me sedujo completamente. Luego ensayé versiones de algunos de los escritos, listas y entradas de diario y descripciones, junto a ello leía ensayos e investigaba a cerca del contexto de la autora. Posteriormente pude acceder a la traducción de El libro de la Almohada realizada por Amalia Sato el 2004, y al leerla, comparando su versión con la de Morris, no quedé satisfecha, es más, quedé algo desencantada, me parecía una presentación que carecía de la potencia poética que tiene el texto de Morris, y que intuyo tiene el texto original en japonés; ya que la naturaleza, la estructura y la fuerza interna de la obra de Shonagon así lo señalan. Entonces vino el proceso de la lectura, más atenta, y luego el de la comparación de ambos textos, confrontados, en sus coincidencias y diferencias. Después vino mi intervención: un diálogo con ambos escritos.

Bartolomé Mitre comenta a cerca del arte de la traducción: "Cuando se trata de transportar a otra lengua uno de esos textos que el mundo sabe de memoria, es necesario hacerlo con pulso, moviendo la pluma al compás de la música que lo inspiró. El traductor no es sino el ejecutante, que interpreta en su instrumento limitado las creaciones armónicas de los grandes maestros."

Si bien el traducir no se trata sólo de una interpretación del texto trabajado, también se trata de ello. Traducir es leer, y leer es traducir, cuidando, respetando el original, dejándonos guiar por sus pulsaciones; pero sabiendo que el texto se perpetra, se irrumpe, se trastoca. Entonces traducir a la obra de esta autora, o la de cualquier autor, es una licencia, un ejercicio, una lectura y una reescritura, un intento de aproximación al texto y al autor (al otro y a lo otro) con todo el mundo que éste nos muestra. Como un enigma depositado en nuestras manos, y que procuramos resolver.

K.


Para leer completa la entrevista exclusiva:
www.letras.s5.com

Para saber más de la traductora:
http://www.losnoveles.net/e2jfreudenthal.htm

La iluminación del post pertenece a Steven Kenny:
http://www.stevenkenny.com

No hay comentarios.: