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domingo, agosto 13, 2006

Una vida solitaria





- He aquí un hombre nacido de padres judíos en una obscura aldehuela, cuya madre fue una mujer campesina.

Su adolescencia y su juventud transcurrieron en otra aldea remota.

Trabajó en un taller de carpintería hasta que alcanzó la edad de treinta años, y durante los tres años siguientes actuó como predicador ambulante.

Jamás escribió un libro.

Nunca desempeñó empleo alguno.

No poseyó casa.

Careció de familia.

No asistió a ninguna escuela.

Nunca puso sus pies en una gran ciudad.

Se alejó apenas unos pocos kilómetros del lugar donde había nacido.

Jamás realizó ninguno de los actos que usualmente se identifican con la grandeza.

Su única credencial era El mismo.

Nada tenía que ver con este mundo, excepción hecha del poder simple derivado de su divina naturaleza.

Siendo muy joven, la marea de la opinión popular se volvió contra El.

Sus amigos huyeron.

Uno de ellos, lo negó.

Fue entregado a Sus enemigos.

Se Le sometió a un juicio de burlas.

Fue clavado en una Cruz entre dos ladrones.

Sus verdugos se jugaron a los dados, mientras agonizaba, su única posesión terrena, una pobre túnica.

Una vez muerto, Le bajaron de la Cruz y Le depositaron en una tumba prestada por la devoción de un amigo.

Empero, han transcurrido más de diecinueve siglos, y hoy continúa El siendo el eje de la raza humana y la columna incontrastable de su progreso.



Creo estar, pues, en lo cierto cuando sostengo que ni la totalidad de los ejército que hasta ahora se han formado, ni la suma íntegra de los navíos que se han construido, ni todo los parlamentos que se han congregado, ni todos los reyes que han regido, puestos juntos, han logrado influir tan poderosamente la vida del hombre sobre la tierra como lo logró esa sola VIDA SOLITARIA!


Autor Anónimo


La iluminación del post pertenece a:
http://www.deviantart.com/deviation/37318004/

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